El baloncesto como formador de valores en los más pequeños

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El deporte en general es una buena manera de inculcar desde etapas tempranas ciertos valores que con el desarrollo de los niños y niñas pueden influir en su forma de ser. Incidir en los aspectos exclusivamente técnicos o competitivos puede llevarnos a tener quizá algún buen jugador, pero nos perdemos por el camino un vehículo excelente para formar mejores personas.

¿Por qué el baloncesto y sobre todo en edad temprana puede ser una buena forma para mejorar la actitud de los niños ante la vida? La respuesta es bien sencilla, por la propia de idiosincrasia de este deporte (también de otros). Un juego donde participan todos por igual, donde es necesaria la cooperación para conseguir ventaja competitiva, donde no existen razas o religiones ni cualquier otro tipo de discriminación para poder participar, donde se adquieren hábitos de responsabilidad y también donde se estimula la creatividad y las ganas de superación. Se me ocurren más valores pero he querido destacar estos. Sin embargo, también el basket es un instrumento útil para inculcar otros valores o ideas que puedan alejar a los niños y niñas de futuras conductas poco saludables.

En este papel la figura del formador, entrenador o los propios padres es fundamental. Muchas veces no somos conscientes de que nuestros niños y niñas son auténticas esponjas y continuamente están buscando patrones y pautas de comportamiento de los mayores que muchas veces toman por modelo.

Pongamos un ejemplo. Si queremos que el baloncesto sea relacionado con una práctica saludable y prever el consumo de drogas (alcohol, tabaco u otras sustancias nocivas), sería absolutamente desaconsejable que su entrenador, ayudantes, etc. fumaran en presencia de sus “discípulos”.

Igualmente importante es fomentar desde edad temprana el aseo/higiene personal. Jugamos en lugares al aire libre, donde también sudamos, pero tocamos un mismo objeto (el balón), nos caemos y tocamos el suelo, el banquillo, otros compañeros, etc. Una colección de gérmenes… No sólo se trata de sudor.

Dejando a un lado los aspectos más relacionado con la salud, mi reflexión siguiente es sobre la deportividad y sobre aquellas cosas que pueden hacer los formadores/entrenadores para promover el respeto a los compañeros y adversarios o el juego limpio:

-       Premiar las acciones relacionadas con un buen comportamiento o la solidaridad entre miembros de un mismo equipo.

-       Grupos mixtos y juegos muy participativos, donde sea necesaria la colaboración de todos los miembros.

-       Paciencia con aquellos que tienen alguna dificultad.

-       Hacer ver el basket como un juego más.

-        […]

Por último quisiera hacer mención del uso del deporte para fomentar la no violencia, el respeto o la justicia. Está claro que el baloncesto tiene una serie de normas que hay que enseñar y que en cierta manera hay que aceptar para participar. Sin embargo ya desde pequeños podemos corregir cierta conductas como el juego limpio premiando a aquellos niñ@s que lo respetan. Es importante hacer ver el contexto lúdico en el que se enmarca la práctica deportiva y que todos los jugadores tienen los mismos derechos que los demás. Si por cualquier razón se da un conflicto se debe valorar siempre el diálogo entre las partes como vía de resolución.

Como conclusión quisiera destacar lo que para mí es la evidencia de que el formador / entrenador debe adquirir desde el momento en que se hace cargo de un equipo de “txikis” el compromiso, no sólo de enseñarles la práctica deportiva, sino de aprovecharse del gran instrumento que puede ser el baloncesto para la educación y formación en valores.

Gorka Garzón | @aunditxo

Community Manager en FVB-BSF | @bizkaiabasket

 

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