Recientemente se ha puesto en marcha la liga Adecco B3 Interempresas y Bilbao es una de las sedes participantes. Si todavía nos sabes de qué se trata esto, ésta pudiera ser una buena definición: “competición de baloncesto 3 contra 3, ágil, dinámica y divertida en la que podrán participar todas aquellos equipos formados por jugadores mayores de 18 años, que representen a una empresa o colectivo”.
Lejos de promocionar esta competición, que dicho sea de paso, ya queda hecho en este primer párrafo, nos centraremos en reflexionar sobre aquellos valores que aporta nuestro deporte y que pueden extrapolarse al mundo empresarial.
Está claro que el baloncesto es un juego de equipo, y al igual que en muchos trabajos, existe un equipo de personas que tiene un objetivo común, aumentar los beneficios o dar un mejor servicio, lo que trasladado al basket sería meter más canastas, hacer un buen juego.
El baloncesto como juego en equipo y en cualquiera de sus modalidades fomenta la colaboración y el entendimiento entre los miembros de un equipo. Debemos conocer las cualidades de nuestros compañeros, saber en qué situaciones de juego tienen más rendimiento y en cuáles necesitan de nuestra ayuda para hacer frente al rival. En el mundo empresarial todo puede comenzar a partir de un buen reparto de tareas en base a las competencias de cada uno y una necesaria colaboración. Además, el entendimiento, el feeling mejora el ambiente de trabajo sobre todo los resultados.
Relacionado con el punto anterior está la solidaridad. En el baloncesto y en la empresa encontraremos el egoísmo, aquel que busca su propio interés. Ser solidario significa dar un poquito de eso que tu consideras de ti, que puede ayudar a un compañero a mejorar su rendimiento. El baloncesto y sobre todo el de base, debe potenciar la solidaridad, y si este valor es bien inculcado, encontraremos cada vez más personas solidarias en el mundo empresarial.
El respeto. Un valor que no debiera obviarse nunca en cualquier ámbito de la sociedad, y por tanto en nuestro ocio y en el mundo laboral. Si fomentamos y entrenamos el respeto, respetar al diferente, al superior, será una tarea habitual y nos ayudará a un mejor funcionamiento colectivo. Respeto a las normas, respeto a los directores, a los jefes, a los árbitros, al consumidor/espectador…
Las grandes estrellas han partido muchas veces desde la mayor de las humildades. No creerse mejor que nadie y pensar que cada día puedes dar algo más de ti es un valor que te hará crecer como persona y en el mundo empresarial llegar más lejos. No debemos pensar que el éxito es una especie de lotería o algo asociado al talento exclusivamente, se debe trabajar siempre pensando que se puede mejorar, escuchando a los demás y desde un planteamiento humilde.
En la línea expuesta en el último párrafo está el sacrificio. La capacidad que cada uno tiene de trabajo, de sobreponerse a la adversidad o de esforzarse cada día algo más. Pensar en crecer mediante el sacrificio es una mentalidad ganadora.
Sin duda son muchos los valores que podemos ir citando, si bien parece claro que el deporte es un gran referente para el mundo empresarial. Si potenciamos desde base y vivimos en ambiente de juego en equipo seguramente nuestros deportistas tendrán muchas papeletas para ser mejores empresarios o mejores empleados.
