El esfuerzo como elemento tractor de la evolución del jugador de basket

Cuántas veces habremos oído de un entrenador frases como “practica duro”, “juega duro”, “hay que dar todo en la cancha” o “vamos a sufrir para luego disfrutar”? Al fin y al cabo lo que un entrenador exige de sus jugadores es un poco de pasión por el baloncesto.

Preguntas como ¿qué tipo de jugador eres? O mejor, ¿qué tipo de jugador quieres llegar a ser? podrían también conducir a “¿qué esperas lograr a través del entrenamiento de basket?

Estas tres preguntas quizá se las debiera hacer todo jugador en algún momento, ya que nos pueden marcar la pauta de lo que esperamos nosotros del baloncesto. ¿Queremos ser mejores jugadores? ¿Queremos disputar siempre las mejores competiciones con los mejores jugadores? Recuerda que las habilidades, el estilo y la forma en cómo juegas son un reflejo y expresión de lo que eres.

Sin embargo hay muchas formas de crecer en el mundo del baloncesto y es vital conocerse, descubrirse y potenciar tus cualidades. Todo el mundo ama meter canastas. Atacar, no sólo es divertido, sino que provoca en el jugador una emoción determinada en función del acierto o no. Pero afortunadamente el basket es más que hacer tiros. Además, puede que hagas todos los puntos del mundo, pero si no eres capaz detener o disminuir la capacidad de puntuar de tu adversario, ¿dónde está lo bueno?

Por tanto, lo que separa a un jugador medio o mediocre de un jugador más destacado es el ESFUERZO. Así, jugar una buena defensa es generalmente resultado de un esfuerzo consistente y generoso. Es posible tener un mal día en ataque, o no ser tu mejor cualidad, pero si con un jugador o varios ayuda con una buena defensa a sus oponentes, es que habrán ayudado a su equipo.

Los grandes jugadores lo son como resultado de la práctica, del entreno, de la constancia. Y entrenar duro está completamente relacionado con hacer un sólido esfuerzo. No es que sea un truco de magia para ser un buen jugador, sino que el hecho entrenar y añadir esfuerzo al mismo, traerán como consecuencia la mejoría en las aptitudes como jugador, ya que la actitud es intrínseca al esfuerzo.

No debemos olvidar la parte técnica. Recordemos lo que decía el gran Michael Jordan: ” Existen buenas y malas maneras de hacer las cosas. Usted puede practicar el tiro ocho horas diarias, pero si la técnica es errónea, sólo se convertirá en un individuo que es bueno para tirar mal” Y para eso están los técnicos, los entrenadores o los “tecnificadores”, para ayudarnos en la parte técnica “Obtén tus fundamentos desde abajo y verás cómo todo cuanto haces será crecer”-concluía Michael.

Esfuerzo físico, esfuerzo mental, esfuerzo en actitud: cultura del esfuerzo como camino a la élite, en el basket y en la vida.

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