En Bisaski hablamos de basket. Unas veces puede ser sobre aspectos del juego, otros sobre conceptos, quizá también algunas ideas o filosofía… ¿Y si hablamos de los instrumentos de juego?

Al basket se puede jugar con una camiseta y pantalón, y aunque pudieran buscarse muchos matices (por poder puedes hasta jugar con prendas de otros deportes), hay algo que es más que recomendable al 100%: jugar con zapatillas de basket.

¿Cómo elegir una zapatilla de basket?

En primer hay que tener en cuenta unos aspectos muy básicos, pero sobre todo una regla general: debes estar cómodo. No todos tenemos una misma morfología el pie ni jugamos de la misma manera, tampoco se juega en la misma superficie… Veamos pues algunos aspectos a tener en cuenta:

- Tallaje: la zapatilla de basket no puede quedarte pequeña. Si esto es así y notas cierta molestia, ésta se acentuara en la práctica deportiva. Pruébate ambos pies, es lo más normal del mundo tener un pie algo más grande que el otro. Procura llevar para probarte calcetines similares a los que utilices, y si usas algún tipo de vendaje o protección, tenlo en cuenta.

- Suela: no todas las suelas son iguales. Aquí también la experiencia suele ser un grado y buscar un tipo de marca con el que estamos más satisfechos puede servir. En teoría, la suela ha de ser goma antideslizante, pero también hay calzado específico con suelas para jugar en la calle.

- Amortiguación y estabilidad: el basket es un juego con mucho y continuo movimiento. Nuestros pies llegan a soportar hasta 6-8 veces el peso total de nuestro cuerpo y los tobillos y rodillas son los principales damnificados de un calzado inadecuado.

Las posiciones y el estilo de juego de cada jugador nos marcan la pauta en esta elección:

1. Pívots, Ala-Pivots. La norma general es la elección de una buena amortiguación trasera y de caña alta; con ella conseguiremos la absorción de impactos necesaria y protección para nuestros tobillos, en un tipo de juego de mucha fuerza y salto.
2. Bases, Escoltas, Aleros. Buscamos en este caso una buena amortiguación delantera, con caña media o incluso baja, para darnos mayor libertad de movimiento.
3. Mixta. Hay jugadores que debido a su polivalencia pueden actuar en distintas posiciones. En este caso optaremos por una amortiguación delantera y trasera y media caña.

- Sujeción: Encuentra una zapatilla que al atarla quede tu pie bien sujeto. El pie no debe “bailar”. No importa si el sistema es de cordones o belcro, si bien es cierto que con el paso del tiempo quizá sea más práctico el cordón.

- Comodidad: Esta viene marcada por los materiales utilizados y el tipo de horma. Si eres de pie ancho, busca una horma ancha, redundará en tu beneficio y comodidad. En cuanto a los materiales hoy en día la mayoría apuestan por lo sintético, aportando ligereza y tejidos que facilitan la transpirabilidad.

- Mantenimiento/Conservación: ¿Compraste unas zapatillas y creíste que con ellas ya basta? Una buena recomendación sería tener al menos un par de zapatillas para que después de cada entrenamiento, además de ponerlas a airear, los sistemas de amortiguación puedan “reponerse”. Intenta no utilizar productos químicos en su limpieza, para ello una buena manera es el uso toallitas de bebé que no los contienen, y limpiar nuestras zapas.

- Estética: Este debiera ser el apartado dónde no debiera haber consejo alguno, pero sí nos vamos a permitir dar uno: que no sea la estética de la zapatilla el factor determinante para la elección. Es tu herramienta principal de “trabajo”, busca un equilibrio.

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