Autora: Oihane Ciruelos @Olicoach
Siendo niña, me gustaba mirar el juego, observarlo y tratar de entenderlo. Tal vez le daba demasiadas vueltas a todo, y creo que por ello, y casi sin darme cuenta, mi cabeza comenzaba a funcionar similar a la de una entrenadora. Acabé el último año junior y me hice cargo de un equipo Mini, en mi cole de toda la vida y donde di mis primeros pasos en el mundo de la canasta. Y así comencé la aventura en los banquillos.
Con 21 años me rompí el cruzado, y suponía que más de la mitad de la temporada se esfumaba. Pero no sería el final; semanas más tarde, y de casualidad, me convertí en la entrenadora del equipo cadete de aquel club donde entonces jugaba. Creo que fue un punto de inflexión. Completé todos los cursos de entrenador, poniendo la guinda en el 2011 con esos 15 días de locura máxima en el CES, y a partir de ahí me di cuenta de que no sabía nada.
Pero quería aprender y profundizar en algo que me apasionaba, algo que muy posiblemente, fue en el motivo por el que tuve claro que mi camino debía pasar por la Facultad de Ciencias del Deporte. El baloncesto, el entrenamiento, la mejora, la educación, la transmisión del conocimiento, del juego, la construcción de un equipo….
Hasta hoy. Hoy combino la formación y el rendimiento. En lo primero se junta la vocación y el sentimiento, pues entreno a un grupo fantástico de niñas en el cole donde me formé. Lo segundo, tal vez algo accidental pero, sin duda, igual de ilusionante. Nunca se sabe cuándo pueden llegar las oportunidades, o qué puerta se abrirá al oír tu llamada, lo importante es estar preparada para ese momento. En mi caso, así fue; un cúmulo de casualidades y, sobretodo, un nombre propio dispuesto a DAR UNA OPORTUNIDAD. Estar de ayudante en el equipo de Adecco Plata de Zornotza es mi presente, algo que una soñadora como yo, nunca hubiera imaginado. La adaptación ha sido muy buena, sólo tengo palabras de agradecimiento. Creo que dos han sido las claves: estar bien rodeada y sentirse parte de un equipo de trabajo. Mostrar mi mejor versión será el modo de devolver la confianza. Sumar para el equipo y crecer junto a jugadores y compañeros, uno de mis deseos.
¿Futuro? En mi cabeza solo fluyen ideas, y todas pasan por el día a día. Trato de tener, dentro y fuera de la pista, una mentalidad positiva, ambiciosa y de progreso. Por eso, me gusta una frase que dice… “Lo mejor está por llegar”.
