Nos cuenta Santiago Casado, el que fuera delegado del Siglo XXI, de los equipos de la UPV de Bizkaia y diferentes selecciones, entrenador en varios equipos y Director Administrativo de Kirol, Hezkuntza, Aisia, su experiencia como integrante de esa generación campeona que el pasado día 14 de abril se volvieron a reunir para “disputar un partidillo, donde se demostró que el que tuvo retuvo, y celebrar una comida para recordar viejos tiempos y anécdotas varias”.
Y es que la ocasión lo merecía porque el 2 de mayo de 1982 Maristas se proclamó Campeón de España Infantil. El entrenador de aquel equipo era el mítico Esteban y Fernando Adán acudió en calidad de ayudante tan sólo para esa cita. La plantilla estaba formada por Irazuegui, Díaz, Laría, Escudero, Martín, Casado, Betolaza, Alonso, Labaina y Navarro.
Para acudir al estatal los bilbaínos tuvieron que proclamarse Campeones de Bizkaia, lo hicieron por delante del Tabirako, y luego tuvieron que lograr el billete en la Fase Sector que tuvo lugar en Tortosa y que tuvieron que ganar a equipos como el Joventut y en la final imponerse al San Viator de Pablo Laso la que pudieron ganar de 1 punto en un partido muy equilibrado.
Con el pasaporte para el Campeonato de España que se disputaría en Santander donde se daban cita los 8 mejores equipos divididos en 2 grupos 4 buscaban hacer historia. Casado nos cuenta que entre los integrantes de los equipos rivales estaban jugadores de la talla de Quique Ruiz Paz o el hijo de Brabender o el vástago de Emiliano. Encuadrados con Estudio Madrid, Caja Ronda Málaga y Madre de Luz Almería, no comenzó bien la competición Maristas que cedió ante el Estudio por 5 puntos, eso sí, casi no pudo jugar Iñigo Laría. A partir de ahí llegaron dos victorias para quedar segundos de grupo y medirse en semifinales a Estudiantes al que se venció por 76 a 70 con 40 puntos de Laría.
Llegaba la gran final y esperaba el Ademar de Vigo pero no hubo color, los bizkainos tardaron 5 minutos en abrir hueco, llegaron al descanso con 48-34 en el luminoso y fue el partido más sencillo de todo el Campeonato cerrándolo 87-60
Santiago Casado recuerda como la gran anécdota de ese encuentro cómo durante más de dos minutos el público ovacionó a Iñígo Laría y Rafa Alonso: “Nunca he vivido nada igual, teníamos 15 años, estábamos jugando una final y no sabíamos qué significaba eso pero como nos habíamos metido en el bolsillo al resto de participantes y al público desde el primer momento y Laría era espectacular, los aplausos fueron merecidos”.
La gesta era espectacular, tanto que de momento no se ha vuelto a repetir 3 décadas después. De esa generación Iñigo Laría fue el máximo anotador y el Zaragoza lo fichó al año siguiente. Lástima que el grupo no se mantuviera. “Antes había categoría Juvenil, no cadete y por necesidades de Maristas se dividió el equipo con los mayores donde estaban Vidorreta y Páez. A partir de ahí cada uno siguió caminos diferentes, Iñigo Laría estaría en el Cajabilbao de los ascensos, y otros se fueron a probar suerte a la zona de levante como Rafa Alonso y Miguel Escudero”.
La magnífica actuación no pasó desapercibida para los grandes equipos pero también localmente fueron reconocidos, Maristas fue recibido en el Gobierno Vasco, en el propio colegio el director tuvo un detalle con ellos y la Federación entregó una placa conmemorativa a cada uno en la gala anual del Garden.
Conseguir reunirse 30 años después no es sencillo, muchos habían perdido el contacto, otros siguen en el mundo del baloncesto pero otros están dedicados a su trabajo y familia y en el partido para recordar viejos momento alguno mantenía la impronta de la calidad.
La última vez que un equipo masculino fue campeón de España fue en 1982, ha pasado mucho tiempo, Santiago Casado no es optimista con que en un futuro a corto plazo se consiga repetir la gesta: “O cambia muchísimo el baloncesto en Bizkaia o no se volverá a repetir porque echo en falta es el espíritu de sacrificio que teníamos antes, la cultura del esfuerzo no se ve tanto”.
